
Ilustración de Milo Winter de ‘Veinte mil leguas de viaje submarino’, de Julio Verne. / Foto: Blue Lantern Studio / Corbis
∞
¡Que delicia! Comenzar la mañana del sábado leyendo un inspirador artículo de hace un par de semanas, con unas reflexiones tan bellas sobre las invisibles manos, o no, de los traductores.
«Un mismo libro se vuelve otro ligeramente distinto en la imaginacion de cada lector. Esa metamorfosis es más acentuada aún en cada traductor»
Aqui os dejo el vínculo porque merece ser compartido:
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/09/26/actualidad/1348657096_697540.html
Gracias por el artículo, Antonio.