Ideas para solucionar situaciones laborales críticas

He tropezado con este video que analiza la cambiante situación laboral en la que nos vemos envueltos. Os recomiendo verlo porque seguro que os abre aún más los ojos:

http://youtu.be/oinL42bYEmc

Es una entrevista a Sergio Fernández sobre «El nuevo paradigma laboral» . Publicado por la RevistaUakix.

Buenos o malos días tenemos todos pero con animo, empeño y sin perder la ilusión siempre se sale adelante. Espero que esta redifusión de contenido os ayude a ello como lo ha hecho en mi caso.

Manual del nuevo emprendedor «sin recursos»

Agradezco a este caballero haber topado con esta infografía por casualidad. Le pido perdón de antemano por si no le hace gracia que la tome prestada, con la mera intención de inspirar a otros, nada más.

Es otra cosa más de esas, que abren los ojos de par en par y despiertan el instinto. Ciertamente inspiradora y constructiva para emprender la lucha en estos tiempos en los que le quieren quitar a una las ganas de seguir viendo las noticias por haberle cogido, hace tiempo ya, manía a la palabra crisis. Por no hablar de que es mejor dejar el tema de conversación con amigos, colegas y conocidos, dado que al final, hablar de esos mazazos grises, con los que últimamente tanto gustan espabilarnos los viernes, para que no afecte demasiado a los parqués volátiles en barrena, no provoca sino iras furibundas, abre heridas emocionales y no hace otra cosa que palpar los… bolsillos agujereados del que está en frente. Cierto es que siempre hay quien prefiere seguir ignorando lo que ocurre a pie de calle, pero en fin, espero en dicho caso, que sea por estar bien blindado sobre parqué flotante, que no por pose de avestruz asustado. Otros nos dimos por enterados antes de todas esas puñetas por leer en guiri primero y con ojo crítico en castellano siempre más tarde y versionado, lo que cada cual decía y predecía, desdichados desmentidos, dimes y diretes interlingüísticos incluidos. En vista de la tormenta que se avecinaba, de la sequía de soluciones en forma de maná del cielo, sin saber que era consejo de manager senior, ni poder permitirse una sesiones de coaching, a golpe de ratón, gusto por leer, habilidad para encontrar y paciencia recargable para llamar a puertas, asistir a master, cursos, conferencias e impregnarse de la inmensa sabiduría gratuita de internet, resulta que algún paso ya teníamos por ahí dado en la trastienda. Gracias por ayudarme con otra piececita más de información a organizar mejor el puzle.

Tras sacarme de encima el polvo gris de la negatividad circundante, para cambiar el chip, aunque a veces se retuerce el diablillo pesimista y habla de tristes EREs, corrupción, suspensiones de pagos y demás lindezas, comencé desde una hoja (vale pantalla) en blanco a plasmar y organizar las ideas. Cuanto más encerrado mantenía al diablillo, más ideas cobraban forma. Se trata de poner en práctica el camino difícil, el de reciclarse para autoemplearse, o emprender según el lenguaje en boga, que más da cuando no tienes nada que perder mientras las puertas de las empresas tradicionales siguen cerradas a la contratación indefinida, porque no pueden permitirse esos lujos, quizá una pueda humildemente abrirles a ellas la puerta a otras opciones más flexibles, más eficientes y baratas, siendo todavía lucrativas, sobre todo constructivas y mucho más gratificantes para una misma. Ahora a ver cuanto nos dejan aguantar en la brecha por los cauces establecidos. Si no nos dejan volveremos a reciclarnos en la esperanza de que la movilidad nos mantenga flexibles como el junco, tal y como aconsejaban los sabios orientales de antaño.

Mercenarios Laborales

Cada día que pasa descubrimos que con esta crísis lo único que está consiguiendo es transformarnos poco a poco en mercenarios laborales que se han olvidado del significado de los valores de antaño. Esta amnesia afecta especialmente a términos en peligro de extición tales como contrato indefinido o puesto estable, lo cual tiene a su vez como consecuencia la inevitable desaparición de la integridad, la confianza, la lealtad, la honradez y otra serie de valores que aunque suenen roñosos son imprescindibles para evolucionar de forma sólida y veraz. Nos hemos convertido en seres que se venden al mejor postor por un tiempo determinado sin compromiso de ningún tipo, es decir mercenarios laborales en lugar de personas empleadas.

Mientras buscamos la razón que ha podido llevarnos a esta situación tan precaria y poco propicia, la reflexión nos lleva al pasado. Cuando estudiabamos creíamos que con una formación adecuada, lograríamos conseguir ese puesto estable ideal. Pasada la adolescencia comenzamos a  verlo como un mito. Mirábamos a los jóvenes universitarios para descubrir que las facultades se estaban convirtiendo en fábricas de parados. Los que querían una oportunidad se marchaban fuera para encontrarla. No nos convertimos en NiNis, sino que a pesar de todo accedimos a la educación superior, aprendimos idiomas y nos fuimos a Europa, o más lejos a adquirir formación y experiencia profesional que aqui estaban vetadas. Curiosamente está ocurriendo de nuevo, los talentos recien licenciados que buscan un contrato indefinido se ven obligados a emigrar para conseguirlo.

Algunos de los que emigramos entonces, regresamos, otros se quedaron donde les brindaban la soñada posibilidad de desarrollo profesional. Parecía que bastaba para regresar al mundo laboral ibérico. Fue suficiente para ir enlazando experiencias, contratos temporales, hasta parecía que dábamos en el clavo logrando el ansiado contrato indefinido. Finalmente la realidad nos desveló de un sopapo que el contrato indefinido era en realidad una quimera, se trataba tan sólo de una declaración de buenas intenciones por parte de la empresa que podía romperse facil y sencillamente a golpe de talonario. El ansiado tesoro se veía desintegrado por un expediente de regulación de empleo de suspensión o extinción (a cual peor); un despido improcedente o procedente (sin defensa posible); y más doloroso si cabe: la deslocalización, liquidación o el cierre repentino de la empresa. Si no nos ha tocado de primera mano seguro que alguien que lo haya sufrido nos ha contagiado que siente uno al perder de un zarpazo la red de seguridad laboral en la que había creído durante años.

Pero eso no iba a detener nuestro empeño, con tesón y paciencia encontraremos otro empleo. Si no de lo nuestro de otra cosa. En la siguiente etapa nos convencimos de que era imprescindible reciclarse y volvimos a formarnos más aún por si todavía daba tiempo a lograr ser aquel JASP (Joven Aunque Sobradamente Preparado) de aquel anuncio. Sumamos reseñas exitosas a los perfiles profesionales con la esperanza de que abran alguna puerta más hacia una relación de empleo estable. Sin fe ya en una relación idílica indefinida, con unas cuantas escamas más en nuestra armadura nos montamos de nuevo en el carrusel de los contratos temporales hasta encontrar otro de apariencia estable, y vuelta a empezar otra vez.

Volvemos al presente, tras recorrer los últimos años, para atisbar que la razón por la que nos hemos convertido en mercenarios laborales no puede ser otra que los dichosos ciclos económicos, en los que hemos tenido la suerte o desgracia de vivir. Sin embargo dado que parecen acortarse cada vez más los periodos de bonanza dentro de estos ciclos, la tendencia a la extinción de la integridad ética profesional se agudiza de forma alarmante. Aunque nuestra historia este llena de caídas, baches y breves períodos de vana felicidad. No debemos permitir que la coyuntura adversa menoscabe nuestros principios. Sin ellos dejaremos de ser personas. Nos da igual que la confianza, lealtad y la honradez se hayan pasado de moda, ser una persona íntegra no es una cuestión de modas. Ya encontraremos un hueco donde los valoren, sea como profesional independiente o como persona empleada en una empresa. Es preferible evolucionar de forma solida y veráz a construir nuestra vida profesional sobre mentiras que se derumbarán más tarde o más temprano. En cada nuevo proyecto en lugar de ser mercenarios laborales sin compromiso con una lista de rencores y desconfianza a raudales, mejor comenzaremos desde 0 con una hoja en blanco llena de ilusión con lo positivo de nuestra experiencia y con nuestros valores éticos intactos.

Deconstruyendo lo negativo y cargando energía creativa