Hace poco alguien cercano a mi me preguntó si utilizaba el “Google Traductor” para trabajar, no pude reprimir una sonrisa, pero callé mi respuesta por no lanzarme a un monólogo ininteligible sobre traducción y tecnología. Como traductora utilizo otro tipo de herramientas más precisas y avanzadas que una mera herramienta gratuita que, si bien permite comprender más o menos de que va un texto en otro idioma, está muy lejos de ser capaz de traducir con precisión y coherencia a otro idioma que no conocemos, para eso están los profesionales de la traducción que se dedican a diario a redactar con estilo y corrección en dicho idioma, generalmente siempre el materno.
Hoy he dado con una respuesta sencilla carente de verborrea técnica a por qué no utilizo el “google traductor”, un ejemplo ilustrativo de lo que puede ocurrir y ocurre si se toma al pie de la letra una traducción automática de la citada herramienta online:
Texto Original: “El aula XXX es un vivero en el que se desarrollan no sólo nuevas… ”
Traducciones de “Google Traductor:
– al inglés: “The XXX is a nursery classroom in which not only develop new…”
Pero lo que realmente dice esa traducción es
”El XXX es una clase de guardería en la que no sólo se desarrollan nuevas…”
– al alemán: „Die XXX ist ein Kindergarten Klassenzimmer, in dem nicht nur die Entwicklung neuer…“
Pero lo que realmente dice esa traducción es
“La XXX es un aula de guardería, en la que no sólo el desarrollo de nuevas…”
En un momento tenemos mensajes totalmente diferentes entre sí, en lugar de una traducción que se mantenga fiel al original en sentido, significado, coherencia y contenido.
¿Realmente estaríais dispuestos a publicar cualquiera de estas traducciones automáticas?
Podéis reproducir el efecto de una manera muy simple, después de haber traducido de un idioma a otro, copiad el texto traducido en la izquierda y dadle a traducir de nuevo al idioma de origen, veréis unas tergiversaciones de mensaje fascinantes, más que las traducciones mágicas que creéis que realiza la susodicha herramienta.
Soy partidaria de utilizar herramientas de traducción asistida, apoyadas en memorias de traducción específicas pero usadas con la cabeza y la «pluma» de un traductor profesional.