Mire usted Sr. que comienza habitualmente las frases de esta misma forma, por mucha verborrea que me venda, no está haciendo su papel crítico con coherencia. Sr. Vamos, que es la clásica que su oponente ha frito tanto que ya no sabe ni con quien quiere identificarse y no va ni nos lleva a ninguna parte con sus argumentos. Es que no han demostrado sus Señorías ya hasta la saciedad que sus colegas en los ámbitos regionales se casan por el interés después de preparar jugadas maestras de ajedrez en la planificación informativa previa a la campaña. Además lo hacen aún a sabiendas de dejar opiniones sin representación.
Creánme me muevo por el mundo y me apena ver como en las comunidades y países en los que he vivido todos los políticos siguén modelos de persuasión bipolares en sus campañas que no se corresponden con lo que anuncian al día siguiente de las elecciones sobre pactos, sean al menos un poco más honrados y anuncien ya desde la precampaña: El CLQM(Coalición de Los que Quieren Mandar) va representarles independientemente de a quién voten.

Todo ello, claro está, un función de unos sondeos de intención de voto que se publican sólo con los datos que interesa. Menuda pereza, como menor de 35 años víctima de las estadísticas tipo, no me siento representada en sus programas electorales. Se me plantea de nuevo el eterno dilema de a quién votar porque soy apolítica. Siento en el alma decirles que ni los argumentos derechistas ni los izquierdistas penetran por la oreja inversa a la cual van destinados. Considero ambos cercenamientos del pensamiento obsoletos y superados por la experiencia de ya varios siglos, con lo cual tampoco existe ya el centro. Todas las formulas representativas han sido ya superadas por la realidad, unos pocos jovenes luchan contra la globalización, otros en las ONGs y muchos siguen hastiados por el desengaño en el que crecimos. ¿Serán ellos los pioneros o sera una voz de aviso que les zumba en los oídos? Sus ideas no resuelven nuestros problemas, no permiten a la mayoría de nosotros independizarse de sus padres porque Vds. no colaboran con las empresas para cambiar la mentalidad de pagarnos una miseria con la excusa de que somos jóvenes y ya nos están haciendo un favor permitiéndonos entrar en la galaxia laboral. Mientras ibamos creciendo, veíamos como los precios de los pisos subían como la espuma gracias a sus negocietes limitando la libertad de construcción en suelo para forrarse sus bolsillos privados de paso que seguían llenando las arcas del estado con las viviendas de protección oficial para dar de comer, claro está, también a sus alguaciles y alcaldes con más negocietes.
Por favor no tomen esto meramente como una crítica agresiva o negativa, si no más bien como un pequeño toque de alarma fruto o consecuencia de esa crísis que retumba en sus conciencias. Sólo espero que estas letrillas les sirvan para recapacitar, ponerse a pensar (pero de verdad) y cambiar actuaciones enquilosadas en los usos habituales por otras quiza más efectivas que resuelvan los conflictos entre la realidad plural y las visiones políticas sesgadas por deformación profesional.